Un cardenal es arrestado por traición al estado. Como príncipe de su iglesia, y héroe popular de este pueblo por su resistencia contra los nazis durante la guerra, y luego su resistencia después de que su país cayera nuevamente ante otro conquistador totalitario. En prisión, su interrogador está decidido a obtener una confesión de culpabilidad contra el estado del hombre de voluntad fuerte y así destruir su poder sobre su pueblo. Las batallas verbales y psicológicas son apasionantes y poderosas, ni siquiera las crecientes presiones ejercidas sobre el Cardenal pueden obligarlo a debilitarse, ni siquiera el confinamiento solitario, la luz resplandeciente continua en su celda, el desvelo, los esfuerzos para persuadirlo de que se está volviendo loco. Y, sin embargo, en el conflicto cada vez más profundo, el prisionero soberbiamente indomable, crea una tremenda piedad en su torturador.
